Juan José Millás entrevistó al presidente uruguayo José Mujica, y ambos describieron las consignas y contradicciones del pensamiento único.
Uno de los aspectos más reveladores de la progresía europea con respecto a América Latina es su paternalismo selectivo. Así, si alguien quiere cambiar el mundo a tiros en Europa nos parece intolerable, lo llamamos terrorista y pensamos que lo mejor es que esté en la cárcel. Si algún día sale, y se presenta a las elecciones, seguimos sospechando de él. En cambio, si es latinoamericano, nos parece todo estupendo. El Che Guevara es un héroe, cuando nada de lo que hizo sería admitido en España. En América Latina, sí. Ya se sabe, es que somos tan pintorescos allí… ¿verdad?
Naturalmente, la violencia que es condenable es siempre la que es hostil a la izquierda. Así, Guevara es un santo, pero Pinochet un demonio. Y, en fin, si no hay libertad de prensa en Cuba… pues, que se aguanten, porque no son europeos… ¿verdad? Y, naturalmente, si hay violaciones de los derechos humanos, siempre son en Chile, nunca en Cuba. Si hay desaparecidos, siempre son en la Argentina, jamás en ningún país comunista. Si hay opresión, explotación, mentira y contaminación, siempre es en países capitalistas y la culpa es de los malvados empresarios. Y así siguiendo.
Y así sigue Millás, según el cual Mujica fue un "guerrillero". Qué romántico, ¿verdad? No dice ni una sola palabra sobre lo que hicieron de hecho los famosos guerrilleros en América Latina. Jamás nadie dice ni una sola palabra sobre eso. Hubo unas pérfidas dictaduras que se impusieron sólo por la maldad inherente de unos criminales, de derechas, claro está, mientras que la izquierda nunca hizo nada malo, los guerrilleros nunca violaron los derechos humanos de nadie, etc. etc.
cortesia clarin.com
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