Sunday, October 12, 2014

PREMIO NOBEL LITERATURA


Cada año, el mismo ritual del Nobel. Cada año, la misma pregunta: ¿Es el afortunado escritor merecedor del máximo premio? Y cada año, la misma duda razonable. Para la ocasión aconsejo zambullirse en el hilarante e hiriente libelo que Tomás Bernhardt escribió contra los premios, contra el compleja relación que une el premiado con el que premia.
Los premios humillan a quien los recibe y constituyen un acto abusivo de poder por parte de quien los otorga. Bernhardt avergonzado acepta los premios de sus odiados conciudadanos austriacos mientras brama "¡Pero necesito ese dinero!".
Pero nada de eso sucede con Patrick Modiano, un hombre disciplinado que, con la precisión de un autómata, publica cada año una novela. Sus lectores esperan su última novela como los cinéfilos esperan la última película de Woody Allen. En este sentido, Modiano forma parte del paisaje literario y domestico bien francés, nada agresivo, sugerente, conciliador y culto.
Ha agotado tras 46 años de trabajo regular toda la pléyade de los premios franceses. Es el campeón en la liga de los premios. Toda su trayectoria conduce pues al Nobel. Pero un Nobel, hay que "trabajárselo" y posiblemente codo con codo, autor y editor sellan un pacto tácito.
El arranque literario de Modiano se produce con la publicación de El lugar de la estrella en el año 1968. Coronado con dos premios inmediatamente. Ha encontrado un tono que raramente abandonará. Sabe que su estilo nuevo, asequible, sencillo, alejado de las acrobacias estilísticas de los maestros del Nouveau Roman funciona en la casa Gallimard y seduce a una Academia Francesa que quiere respirar nuevos aires. En este sentido es un escritor cercano, intimista, conciliador y culto, todo esto le hace ser amado por sus lectores.  (?)

cortesia libertaddigital.com

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