Después de que en años anteriores se llegaran a congregar cerca de 45.000 personas, el ayuntamiento de Buñol, este del país, de 9.000 habitantes, decidió la edición pasada por primer año vender entradas para participar en la fiesta.
En una hora los 140.000 kilos de tomates fueron lanzados entre las cerca de 20.000 personas, la mayoría turistas, en especial australianos y japoneses, que participaron este año en la fiesta, declarada de interés turístico nacional.
La fiesta, cada año más internacional, fue aprovechada por varias productoras de cine para grabar secuencias de una película y un anuncio publicitario
cortesia clarin.com
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