Hoy, 23 de agosto, se conmemoran los 75 años de la firma del pacto de colaboración nazi-soviético (habitualmente denominado Pacto Ribbentrop-Molotov) que condujo, el 1 de septiembre de 1939, al inicio del mayor conflicto bélico de la historia. Con toda razón, el Parlamento Europeo lo ha declarado el Día Europeo de Conmemoración de las Víctimas del Totalitarismo y el Autoritarismo.
De acuerdo con la cláusula secreta del pacto (encontrada después de la guerra en los archivos alemanes), Europa Oriental fue dividida en dos esferas de influencia entre la Unión Soviética y Alemania. Por ello, la invasión nazi de Polonia (1 de septiembre) sería seguida por la invasión comunista del resto de ese país (día 17) y la expansión soviética en Finlandia (30 de noviembre), los países bálticos y parte de Rumania (anexionados total o parcialmente en junio de 1940). Por su parte, Alemania no sólo tuvo las manos libres para lanzar su ataque contra Polonia y las democracias de Europa Occidental, sino que contó con combustibles, materias primas y alimentos soviéticos para sostener su esfuerzo bélico. Así, hasta junio de 1941 la Alemania de Hitler recibió de su aliado soviético 1,6 millones de toneladas de cereales, 1 millón de toneladas de minerales (principalmente hierro y manganeso, combinación clave para fabricar tanques), 900.000 toneladas de petróleo y decenas de miles de toneladas de fosfatos, algodón, caucho, etc.
En un nuevo acuerdo, del 28 de septiembre de 1939, se acordaron deportaciones forzosas masivas y una estrecha colaboración entre soviéticos y alemanes para aplastar toda resistencia en los territorios ocupados:
cortesia libertaddigital.com
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