Saturday, November 29, 2014

MUSICA SIN MUSICA ? ESTADOS UNIDOS

Decía Manu Chao que no hay mejor forma de comprobar que una canción es buena que ponérsela a un niño. Si sonríe o baila, lo es. Ya se ha dicho, el rock es una forma de no querer crecer y de conservar, en la medida de lo posible, el niño o adolescente que un día se fue. Por eso no resulta extraño que dos superestrellas rockeras como Bruce Springsteen y Keith Richards coincidan ahora en la sección infantil con sendos libros destinados a los más pequeños. O quizá no.
Springsteen, del que ahora Sony publica sus siete primeros álbumes en una lujosa caja de vinilos, debuta en la literatura con 'Outlaw Pete' (Caelus Books), ilustrado por Frank Caruso. "La historia de Outlaw Pete (El forajido Pete)", explica el autor de 'The River' en el epílogo, "emana de diversas fuentes. Los personajes coloridos y salvajes de mi segundo disco, 'The wild, the innocent & the E Street Shuffle', de cada 'western' ('spaghetti' o cualquier otro) que he visto desde que era un niño y probablemente se remonte también al cuento para dormir 'Brave Cowboy Bill' que mi madre me recitaba de memoria cuando era pequeño".
Para Springsteen, "'Outlaw Pete' es esencialmente la historia de un hombre que intenta sobrellevar y sobrevivir a sus pecados. Él desafía al destino tratando de dejar atrás sus venenos, su toxicidad. Por supuesto, eso es imposible. A donde vamos, ellos van. Lo único que puedes hacer es aprender a convivir con ellos. De lo bien o mal que lo hagamos, y de nuestro nivel de fortaleza de cuerpo y alma, dependerá la alegría que podamos llevar a nuestras vidas".
Y, a pesar de las ilustraciones de Caruso y de la brevedad del texto, el 'Boss' señala: "No es fácil y no estoy seguro de que sea un libro para niños, aunque creo que ellos captarán instintivamente la pasión y la tragedia. Y, además, un bebé de seis meses atracador de bancos es muy buen protagonista".
En el caso del guitarrista de los Rolling Stones, 'Gus y yo' (Malpasito) es la historia del abuelo de Richards y cuenta con ilustraciones de su hija Theodora, llamada así en memoria de este abuelo.
Gus le regaló a Keith su primera guitarra, como explica el libro en un pasaje. "Cuando Gus y yo regresamos a su casa, me quedé mirando la guitarra que siempre reposaba sobre el piano. Me pareció más bella que nunca. Sólo quería lograr que sus cuerdas hicieran el 'dinka-plink-plink' que había oído en la tienda, pero no podía alcanzarla.
-Cuando seas más alto harás la prueba- dijo Gus".
De ese regalo nació una pasión: "Cuando subo a un escenario, cuando compongo una canción, cuando tomo una guitarra y toco unos 'dinka-plinks' para mis nietos, siempre me digo lo mismo: '¡Gracias abuelo! ¡Gracias Gus!'".

cortesia elmundo.es

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