Cuando jugaban a indios y vaqueros les contaron que ser hombres era el fútbol, el azul y los coches. Les hicieron creer que su voz sonaría más alto y que su opinión importaría más. Les dijeron que nada de lágrimas, que tenían que ser fuertes y valientes como Batman o Spiderman. Cuando crecieron, decidieron que ellos querían ser otro tipo de hombres. Se dieron cuenta de que los superhéroes también lloran.
¿Qué es ser hombre? "No hay una forma de ser hombre, hay múltiples formas de serlo, de vivir tu masculinidad. Se trata de que cada uno de nosotros seamos libres y tengamos capacidad para decidir qué tipo de hombre queremos ser". Aunque le cuesta, Andrés, miembro de la asociación Ahige (Asociación de Hombres por la Igualdad de Género), trata de responder así a la pregunta.
Desmarcarse del rol masculino general no es fácil cuando uno forma parte de una sociedad machista. No todos se atreven a dar un paso al frente y decir que los chicos también lloran, que quieren cuidar a sus hijos o que están en contra de las agresiones sobre la mujer. En la semana en que se conmemora el día contra la violencia de género, un grupo de voces masculinas reivindica que otro tipo de hombre es posible.
"Tenemos que deconstruirnos y volver a construir una identidad masculina alejada del machismo y la violencia". El responsable de estas palabras es Pedro Zerolo, secretario de Movimientos Sociales del PSOE y una de las figuras públicas que más se ha implicado en todo tipo de luchas relacionadas con la igualdad, entre ellas, la de género.
La igualdad también está detrás de los miembros de Ahige, una asociación que surge en Málaga en 2001 como espacio de desarrollo y crecimiento personal de sus componentes desde la reflexión y la crítica de los roles establecidos. "Queremos contribuir a una sociedad igualitaria", explica Andrés, uno de los componentes que acude a las reuniones que mensualmente organiza la asociación en su delegación de Madrid. "Pero para cambiar la sociedad, tenemos que transformarnos nosotros primero a nivel personal. Tenemos el patriarcado absolutamente interiorizado y debemos ir quitándonos capas".
A esas reuniones las denominan 'grupos de hombres' y suponen un punto de encuentro, una excusa para reflexionar sobre cómo se sienten y sobre cómo afrontan los influjos machistas que les llegan desde cualquier ámbito de su vida diaria
cortesia elmundo.es
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